lunes, 16 de junio de 2014

Domingo 11 de agost. La tristeza del hasta el próximo año, au revoir ami.


Fue nuestro último domingo y éste se desarrollo del siguiente modo:

7.30 laudes y desayuno; 9 misa en St. Alexis, despedida y agradecimientos; 11 misa en Siguiri; 1 comida (cuxcus y plátano), siesta; 4 paseo y tertulia; 7.15 vísperas y cena; 9 vemos película sobre la Madre Teresa; 9.50 diario.

En él anoto: última comida en Siguri. Misas de despedidas y agradecimientos. Ellos felices. Nosotros también. Volveré si Dios quiere, sabiendo algo de francés. Gracias al padre Rafael, sin él no hubiese vivido esta experiencia.  Llueve.

21:44 la palabra que resume el sentimiento presente es tristeza y gratitud. Sí, tristeza porque termina la misión. La había deseado tanto desde aquel 19 de julio de 2012, cuando abandoné Kara, en Togo. Volver a África. Visitar Siguiri, la misión del padre Rafael. Y ha sido tan humana y sacerdotalmente tan satisfactoria. Las parroquias nos han querido tanto. Entramos primero en su corazón y después en sus casas. Tres europeos capaces de dejar su tierra para visitarles y encima contentos y felices.

Sí, esto no es turismo. ¿Qué hemos encontrado? Una parroquia en Guinea Conakry, un pueblo integrado por malienses que hablan el malike, unos hermanos cristianos rodeados de musulmanes, sencillos, buenos y acogedores.

Gracias al padre Rafael hemos entrado en sus hogares, y así ahora sabemos como viven, conocemos por experiencia sus casas. Hemos entrado en sus cabañas, habitaciones y chalets, que también los hay.

La vida aquí no ha sido como en Togo, sino rutinaria y monótona. Éste ha sido el encanto. He vivido la mayor parte del tiempo en la misión, rodeado de cristianos con sus casas muy próximas a las nuestras y he sido muy feliz.

Gracias Padre, por el regalo de vivir unos días en Guinea Conakry. Cerca ellos duerme en sus chozas de adobe y paja. Gracias Padre por una parroquia que siempre llevaré en el corazón, Saint Alexis de Siguri.

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